A un lado de la frontera está La quiaca (Argentina) y al otro Villazón (Bolivia), ambos separados solamente por el cauce de un rio. Esta frontera no tiene nada que ver con las del sur de Argentina. Por aquí hay mucho tránsito de personas y mercancias que entran en Bolivia. Por lo que he podido ver la mayoria de productos que se venden en el sur de bolivia son de procedencia Argentina.
Lo que sorprendio nada mas llegar a la frontera es ver al lado otra frontera paralela, para el paso de mercancias. Habia un caminito con unas vallas de 4 metros de altura. La gente cogia productos en el lado argentino y lo transportaba hasta el lado boliviano donde lo dejaban. Y despues otra vez a argentina a pasar más productos. Esto lo permite el gobierno de Bolovia durante cuatro o cinco horas al dia. Y pasa porque, según me dijeron, sale más barato pagar a estas personas-burro que pagar las tasas fronterizas que deben pagar los camiones.
Sobre todo hay mujeres y adolescentes que llevan los productos a la espalda atados con mantas. Contra más lleven mas les pagan asi que alguno leva 100 kilos a la espalda. LLevan sacos de harina, de cemento, 4 o 5 cajas de cerveza... y todo por un misero sueldo de entre 30 a 50 bolivianos (entre 3 y 5 euros) en 4 o 5 horas... mejor no pensarlo mucho. Cuando estas un rato viendo este movimiento de "hormigas" se te cae la poca fe que te queda en la humanidad; y que esto pase en el siglo XXI...
Desde Villazón, carlos y yo nos dirijimos al norte hasta Tupiza, 100 km por una carretera recien asfaltada a la que todavia le quedan los puentes por construir. En mitad del recorrido nos pillo una buena tormenta con granizo y lluvia. Por suerte nos pudimos refugiar en una casita, preguntamos a los dueños y no se si nos entendieron muy bien porque no dijeron nada. Yo creo que estaban pensando en que hacian dos locos en bicicleta con la que estaba callendo. Parece nieve pero eran granizos y bastante grandes.. Por suerte la tormenta paró y pudimos continuar.
Llegamos a tupiza y pasamos una noche. Como habia llovido mucho y habia peligro de desprendimientos, bueno y tambien que habia una subida de 2000 metros de altura por ripio, Carlos y yo decidimos coger el tren para llegar a Uyuni. Seis horas para recorrer 200 km asi que tampoco es que fuese el AVE.
En Uyuni, carlos y Yo, nos llevamos una gran desilusion porque nos dijeron que el salar estaba lleno de agua y nosotros teniamos pensado cruzarlo con la bicicleta en dos o tres dias. Esto nos los habían ido diciendo diferentes viajeros que nos habíamos ido encontrando, pero nosotros, optimistas, pensamos que para cuando llegáramos al Salar, el Sol hubiera evaporado el agua. El Salar de Uyuni, es el salar más grande del mundo, con una extensión de 13.000kilométros cuadrados es decir casi como la extensión de mi provincia Burgos. Esta a más de 3600 metros de altura sobre el nivel del mar, es una planicie totalmente llana, donde no hay nada de vida, ni animal ni vegetal, salvo en alguna pequeña "isla".Su formación se debe a que en épocas inmemorables era un gran mar que se evaporó.
Para ver la cantidad de agua que había, Carlos y yo decidimos hacer un tour, nos adentramos en tododoterreno en el Salar unos kilómetros hasta el llamado hotel de Sal, un hotel que como bien indica su nombre esta construido todo en sal. Este pequeño recorrido por el Salar fue alucinante. Al entrar a él, había unos 30-40 centímetros de agua, según avanzaban los kilómetros disminuía la cantidad de agua quedando en poco más de 10-15 centímetros. Por la altura, por la inmensidad, por la llanura, por el agua, por el lugar parece que estas caminando por un gran espejo. Todo se refleja. Impresionante. Sobre el Salar dicen que es en el único lugar del mundo que se puede comprobar con solo la vista que la tierra es redonda. Este paseo por el Salar, por el espejo, nos hizo ver que nuestro objetivo de atravesarlo en bici sería imposible por varios motivos: con esa cantidad de agua se haría muy difícil pedalear. No podríamos acampar. Pero lo peor de todo, que el agua y la sal arruinarían nuestra bicicletas. Por la gran concentración de sal en el agua, sólo con meter los pies en el agua salen todos blancos, si te cae una gota de agua en la ropa al secarse se queda un mancha blanca de sal. Así que nuestra ilusión de atravesar el Salar en bici se vio truncada. En teoría o por lo menos según otros años en esta época ya no debería haber agua, pero este año, según los lugareños, ha llovido hasta muy tarde.
Salud y risas desde algun lugar.
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